Integrante de la Agrupación Negra de ATEN
Luego de 12 semanas de una enorme lucha, el viernes 21 de mayo la mayoría de las asambleas de ATEN, en una muy ajustada votación, resolvieron levantar la huelga y aceptar la propuesta del gobierno, firmada el día anterior por las conducciones de ATEN Provincial y Capital. En las asambleas no hubo festejos, y primó la reflexión y la bronca. Ni las conducciones de la Azul y Blanca y de la Naranja (en la Lila), que llamaron a aceptar el acta y levantar la huelga, pudieron decir que este fue un “buen acuerdo”. Su argumento fue que “ya no nos da la fuerza para seguir”. ¿Era esto realmente así? Estamos convencidos/as que no.
Si bien existía cansancio de tantos días de paro, la verdad es que el gobierno de Sapag venía golpeado por nuestra huelga, y su discurso “duro” y provocador no podía plasmarse en acciones concretas. Llamó a la conciliación obligatoria, nos tildó de “ilegales”, llamó a “abrir las escuelas” con carneros, pero fuimos enfrentando una a una estas maniobras. Se acercaba el fin de semana largo del “bicentenario” y le temía como a la peste que los y las trabajadoras de la educación fuéramos a las rutas, una gran herramienta de lucha a nuestro favor.
De nuestro lado todavía quedaban fuerzas. La última semana el paro había pegado un nuevo salto, la movilización al puente contra el decreto de Sapag que declaraba la educación como “servicio público esencial” había sido multitudinaria, comenzaba a nacionalizarse el conflicto por las acciones y cortes de las agrupaciones opositoras en Buenos Aires (donde la 9 de Abril fue una de las principales impulsoras) y las asambleas mantenían su masividad. La ajustada votación de la última asamblea donde se terminó aceptando el acta, no solo en Capital (750 a 590) sino en varias seccionales, a pesar de que las conducciones Provincial y Capital plantearon aceptar, fue otra muestra de la fortaleza que se mantenía.
Fue fundamental la claudicación de la Azul y Blanca y la Naranja frente a la presión del gobierno, para que se terminara levantando la huelga.
Contrariamente a los que afirma el MST (dentro de la Naranja) las asambleas no “entendieron” que la aceptación de la propuesta “dejaba un round en esta pelea más a favor de la docencia” sino que se vieron dejadas “a pata” por sus direcciones.
La CTERA y CTA, contra la huelga docente
El rol de la CTERA a nivel nacional fue lamentable. Ni cuando salimos varias provincias a la lucha ni cuando llevábamos semanas de paro y el gobierno de Sapag atacaba el derecho de huelga, la CTERA de Yasky, Maldonado y Baradel fue capaz de llamar a un paro nacional, dejando aislada nuestra lucha.
Por su parte, la CTA Neuquén, encabezada por el sector de De Gennaro, pegó un salto en su incorporación al régimen, a través del UNE, partido impulsado por la CTA en Neuquén y que es parte del gobierno municipal. En lugar de impulsar la lucha unificada, cuando docentes y estatales estábamos en las calles, se dedicaron a aislar los conflictos, sosteniendo a Sapag y la gobernabilidad. Cuando el gobierno reprimió la marcha del 24 de marzo, se negaron a llamar a un paro en repudio a la represión, rompiendo con un “mandato histórico” de parar frente a cualquier represión. Luego, frente al ataque al derecho a huelga, la CTA no sólo no llamó a un paro contra el decreto de Sapag sino que ni siquiera sacó un pronunciamiento en su contra.
Es necesario que la CTA rompa la tregua con el gobierno y se ponga a la cabeza de la pelea por la anulación del decreto de Sapag y en defensa al derecho al huelga de todos los trabajadores.
Una nueva “batalla” contra el decreto de Sapag
A pesar de que se levantó el paro, nuestro conflicto no se cerró. Además de que el aumento salarial dado por el gobierno es una miseria, todavía no hubo respuesta al reclamo de ISSN, el pase a planta de muchos compañeros auxiliares que siguen contratados, el aumento de las partidas para refrigerio e insumos en las escuelas, el servicio de emergencia, las obras para reparar las escuelas, y un largo etcétera. Pero lo que es aún más grave, el gobierno avanzó con el decreto que declara la educación un “servicio público esencial”, con el único objetivo de cercenar el derecho de huelga, y amenaza con transformarlo en “ley” en la Legislatura, de la mano de los diputados de MPN, el PJ y la UCR.
A pesar de las sonrisas del gobernador y sus funcionarios, Sapag no puede ocultar que no logró su objetivo de derrotar nuestra organización. Pero al no haber terminado de imponer desde ATEN una relación de fuerzas claramente favorable a nosotros, exigiendo la anulación del decreto y los proyectos presentados en la Legislatura contra el derecho de huelga como condición para aceptar cualquier acta acuerdo, el gobierno va a intentar avanzar. Este fue el motivo principal por el que desde la Negra llamamos a votar contra el levantamiento de la huelga, y consideramos un gravísimo error por parte de las conducciones haber aceptado la propuesta sin decir una sola palabra del decreto. Si el gobierno avanza contra el derecho de huelga, la Azul y Blanca y la Naranja serán responsables, por no haber sostenido la lucha cuando claramente quedaban fuerzas y haber claudicado frente a las presiones del gobierno para levantar la huelga.
Hoy hay que pelear por la anulación del decreto que declara la educación un “servicio público esencial” y contra cualquier intento de transformarlo en ley, además de todos los puntos que quedaron pendientes de resolución.
El límite de las conducciones de ATEN
Durante todo el conflicto fue quedando claro para la gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras de la educación que la conducción provincial, la Azul y Blanca, “tiraba para atrás”, y en los momentos decisivos la conducción de Capital, la Naranja, seguió sus pasos. En un principio, no quisieron ir a la huelga, confiando en una supuesta postura “dialoguista” de Sapag que permitiría negociar un aumento salarial sin necesidad de luchar. Fracasada esta política, y por la presión desde abajo, se fue imponiendo un plan de lucha, que tanto la Azul y Blanca como la Naranja intentaron limitar a paros y medidas “a cuentagotas”.
Una vez más, fueron las bases docentes, junto con la mayoría de las agrupaciones opositoras, las que fueron imponiendo en los hechos el paro por tiempo indeterminado y la radicalización de las medidas, contra las conducciones que nunca quisieron profundizar la lucha frente a la dureza del gobierno.
Un punto de inflexión en la lucha se dió cuando Guagliardo de la Azul y Blanca y Aguirre de la Naranja firmaron un “Acta acuerdo” con el gobierno, que debía “refrendarse” en las asambleas. El sábado 15 de mayo este acta fue rechazada masivamente por las asambleas por ser completamente insuficiente. Con destreza de equilibrista, Aguirre y la Naranja se reubicaron a último momento, y rechazaron el acta que habían firmado menos de 24 horas antes. Guagliardo y la Azul y Blanca defendieron su postura de levantar la huelga, desalentando la posición de la mayoría de la asamblea que planteaba profundizar la lucha con cortes de ruta. Esta política era completamente derrotista de nuestra lucha, en momentos en que el gobierno avanzaba con sus ataques, declarando ilegal el paro. Pero pudo ser derrotada por la firmeza de la base y de nuestras asambleas.
Finalmente, cuando la huelga había pegado un nuevo salto y miles en el puente repudiamos el decreto de Sapag que declaraba la educación “servicio público esencial”, la Naranja volvió tras la política de la Azul y Blanca y, cuando ya estaba votado el corte de los puentes, “trabajaron” por la aceptación de un acta prácticamente igual a la ya rechazada y el levantamiento de la huelga, intentando desmoralizar diciendo que las fuerzas “no daban”.
Así, las conducciones Azul y Blanca y Naranja claudicaron frente a la presión del gobierno para no cortar las rutas y levantar el paro, y aceptaron firmar un acuerdo salarial completamente insuficiente, a costa de dejar latente la aplicación de un decreto que ataca el derecho a huelga.
En apoyo a docentes y ceramistas
El último fin de semana viajamos a Neuquén una importante delegación de estudiantes secundarios, terciarios y trabajadores para solidarizarnos tanto con la lucha de Stefani, que ya lleva más de 6 meses, como también con la enorme huelga docente. Además, junto a los trabajadores de Zanón, conocimos de cerca las experiencias de los ceramistas con los que recorrimos la emblemática fábrica que hace más de 9 años que se encuentra produciendo bajo gestión obrera y conquistó la expropiación definitiva hace poco tiempo.Pudimos compartir un balance con las protagonistas de la lucha docente, sacando las principales lecciones que dejaron la fuerte pelea que dieron a lo largo y ancho de la provincia. También conocimos de cerca la heroica lucha de los ceramistas, su sindicato clasista y la pelea que vienen dando en Stefani para que la patronal no deje a mas de 60 familias en la calle.
La emoción y un gran entusiasmo recorrieron un viaje lleno de anécdotas, enseñanzas e ideas. Neuquén es una gran “escuela de guerra” de la lucha de clases que nos dejó enormes energías para seguir desarrollando la pelea en nuestro lugares de estudio y trabajo.
Agustín del NP-Cap y Federico de la Corriente 9 de Abril
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